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Owens es taponado. Fotografía Orange |
La batalla por evitar el descenso se tiñó de dramatismo en Alicante. Dramatismo para el Granada, porque en Alicante todo lo que se vivió fu alegría. En el Centro de Tecnificación y ante más de cuatro mil espectadores se enfrentaban los dos últimos clasificados de la liga ACB. El resultado sería una losa para uno de los dos equipos.
Y la victoria se la llevó el que más la buscó. Trifón Poch tiene poco donde elegir, un solo equipo titular y pocos efectivos en el banco, que como de costumbre no demostraron nivel para salvar al conjunto en los momentos decisivos. El Cebé tampoco supo demostrar lo que deben tener los equipos sin excesivo talento, implicación y motivación.
Los nazaríes salieron adormilados, apáticos y el Meridiano Alicante fue un ciclón, capitaneado por Pedro Llompart. El base estuvo inconmensurable en el primer periodo, con 12 puntos y 18 de valoración en solo 10 minutos.
Al final del primer cuarto la diferencia entre los dos equipos, once puntos a favor de los locales, para 28-17 en el marcador, se antojó insalvable para el Cebé, que no hizo sino seguir su proyección decadente en el segundo cuarto.
Con Robert Kurz desaparecido y la presencia de Paulo Prestes en pista el Granada no supo encontrar su ritmo. El pívot estadounidense es el termómetro de este equipo y solo con sus puntos el Granada podrá seguir en la ACB. Al descanso el Meridiano Alicante se había marchado definitivamente en el electrónico. La ventaja ascendía a 19 puntos, 48-27.